“LO ESENCIA EN LA VIDA ES INVISIBLE A LOS OJOS”, decía el Pincipito de Saint Exupery.
Lo que vale y permanece siempre es el AMOR, lo dice la BIBLIA en la primera carta a los Corintios, capítulo 13.
La búsqueda de la FELICIDAD es algo innato en el alma humana. Los seres humanos buscan la FELICIDAD como una sed que nunca se sacia. El alma humana está hecha para la FELICIAD, el AMOR y la VIDA para siempre.
Por eso nunca le alcanza lo que ya probó. Siempre va por más. La tentación primordial, que ya viene del Paraíso perdido, es pretender arrebatar la felicidad a cualquier precio, y ser dueño absoluto de la libertad y de la vida. Este es un deseo imborrable en el corazón humano que lo lleva, muchas veces, por caminos equivocados. Esta tendencia se nota mucho más en los jóvenes. Buscan ansiosamente gustar y saborear la vida en aquellas cosas que deleitan y brindan un bienestar pasajero. Hay personas que quieren todo de golpe. Queman etapas con tal de obtener ya lo apetecido. Este apuro por ser felices ya sin esfuerzo ni sacrificio, es un engaño y a corto plazo.
Así hoy día es una pandemia social la drogadicción, alcoholismo, el pansexualismo, y otras experiencias o peores, que terminan en fracasos.
Tos los seres humanos buscan la FELICIDAD y el bienestar acertada o equivocadamente.
Para la educación aquí habría mucho que decir sobre el egoísmo; la falta de amor a DIOS y al prójimo; el afán desmedido de algunos por tener y aparentar (ricos y famosos); el desconocimiento de la jerarquía de valores.
Los seres humanos tenemos límites; conocerlos y saber aceptarlos es lo más sabio y prudente. A veces el dolor, la enfermedad y la muerte se encargan de recordarnos.
Ahí está la milenaria sabiduría de la BIBLIA:
“Yo estoy siempre contigo…
¿A quien sino a ti tengo yo en el cielo?
Si estoy contigo, no deseo nada en la tierra.
MI FELICIDAD es estar cerca a DIOS:
Yo he puesto en ti mi refugio, Señor…”
(ver Salmo 73, 23-28)
Solamente DIOS puede saciar el alma humana que ÉL ha creado, y nuestro corazón estará inquieto hasta que no descanse en DIOS. VALE LA PENA APOSTAR POR LA VIDA CON LA ESPERANZA EN DIOS.
P. HECTOR R. SENA
CAA CATI. CORRIENTES. AÑO 2012