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El cielorrasos de la Sacristía de la Iglesia Parroquial de Caá Catí corre serios riesgos de derrumbarse. Hace varios años que viene sufriendo las consecuencias de las lluvias.
El cielorrasos de la Sacristía de la Iglesia Parroquial de Caá Catí corre serios riesgos de derrumbarse. Hace varios años que viene sufriendo las consecuencias de las lluvias.
Los constantes problemas de desagües, nunca reparados “a
fondo” han ido dejando sus huellas con el paso del tiempo. En cada lluvia, el
agua filtra hacia el exterior perjudicando la vieja construcción. Es un sitio
que nunca ha sido reparado, ni cuando se hicieron las remodelaciones o
refacciones en el interior del templo. Recordemos que solo una puerta lo separa
del altar de la iglesia parroquial. Allí se guardan los ornamentos religiosos,
algunas imágenes y elementos de limpieza.
Ahora es evidente la rotura total de tirantes que
sostenían los ladrillos que hacen de cielorrasos, la gran cantidad de agua que
cae en su interior. Igual suerte también
corre la antigua puerta que da al patio exterior, del lado del salón
parroquial, que también no está terminado y reúne condiciones precarias para el
dictado de los encuentros de catequesis.
El Párroco Aranda, desde hace varios meses que viene
golpeando puertas para ver si el gobierno provincial puede encarar alguna obra
allí. Los problemas de presupuesto hasta ahora han impedido respuesta favorable
alguna.
Encontramos al Padre Víctor Aranda en la desesperación
por la situación detallada y hasta nos hizo de guía por la habitación en serios
problemas.
También llama la atención la falta de interés o
compromiso de los fieles por las condiciones edilicias de la iglesia principal
de la Parroquia.
