Como todos los años, el 6 de octubre es el gran encuentro de
las Comunidades integrantes de la Parroquia local. Luego del último Rosario de la Aurora,
comienzan a llegar todas las comunidades rurales con sus santos patronos.
Los peregrinos de los parajes más alejados de Caá Catí,
parten en los primeros minutos del día, atravesando caminos de a pie, a caballo
o en vehículos. En el caso de la Comuna de Palmar Grande, este año cumplieron
85 años peregrinando con el Curuzú José. De ésta manera, todos los pueblos
integrantes de la extensa parroquia, se congregan para decir presentes en la
Fiesta de la Virgen del Rosario.
En la iglesia parroquial, el Paí Sena, les da la bienvenida
por los altoparlantes, mientras servidores preparan el chipá cuerito y
refrescos para agasajarlos. Los del pueblo, van y vienen por la plaza, para
aplaudirlos mientras los peregrinos llegan cantando y rezando. Más allá, un
grupo de jóvenes, preparan cientos de porciones de arroz con pollo, para servir
como almuerzo a los que recién llegan. Las viejas campanas, desafinadas por el
tiempo, suenan constantemente anunciando que más gente va llegando.
Desde las 5.30, la Radio Sagitario, instalada en el atrio
parroquial va transmitiendo al mundo cómo se vive las fiestas en nuestro
pueblo.
Por la noche, nuevamente se ve a miles de fieles llegar
hasta el atrio para esperar que la Madre de Fiesta salga a saludarlos y dejar
sus bendiciones.